lunes, 22 de septiembre de 2014

Morfina en las venas


Y la pelotuda verdad, resulta ser que cada vez que me enamoro, un ángel pierde sus alas.
No alcanzo a ver mas allá de lo evidente, ni de consciente. No capto.
Pues pienso muy seriamente, en tomar un sabático de esto del amor.
Nunca he conocido a alguien, que realmente entienda esa paradoja de la media naranja.
¡No somo naranjas! somos mas algo entre un salmón y una sala de estar.
Somos perros que corren detrás de un auto en movimientos. Somos políticos.

No queremos respuestas, ni tampoco preguntas. No razonamos nada que tengas mas de dos palabras, o menos de 4 letras. No morimos.
Solo vamos por la calle, directo a un punto sin retorno. Tomados de las manos.
Porque así es el amor. Es estar embriagándonos por el simple placer de hacerlo.
Nunca somos conscientes de ganar la apuesta, solo lo apostamos todo para perderlo.
Quizás mañana sea otro día, sin mariposas en el estomago y más morfina en las venas.