sábado, 9 de abril de 2011

Tan fácil como decir adiós…



Simplemente es incomprensible, inexistente;
Solo fue un hecho cotidiano, que nació cansino,
Y murió como toda una ilusión de quinceañera:
Rápido, y dejando atrás un mar de lagrimas y piernas abiertas,
Para que ni uno ni otro aprovechado,
Se tomaran la molestia de venir a consolarla,
Junto con su venus, y su maría; sus sentimientos rotos.
Bajaríamos del balcón, y huiríamos de la mañana,
Solo para decirte adiós, si tan solo importara;
Pero realmente no nos importa,
Somos como esa vieja enfermedad que todos odian,
No se dan cuenta de que existimos, hasta que ya es demasiado tarde.
Solo fuimos profundo entre esas piernas tentadoras,
Esos labios carnosos y velludos, esos días de verano,
Esa fina y delicada piel que cubre hasta lo último de tu alma.
Pero no quisiéramos arriesgarlo todo,
Tampoco queremos parecer tacaños o egoístas,
Todo lo mío fue tuyo, todo lo tuyo… fue de nadie…

No hay comentarios:

Publicar un comentario