Ya no se ni que pensar, ni que sentir,
Pues ya no tengo ni un gramo de conciencia ni sensación;
Todo lo deje en la entrada, en el zaguán
Junto a aquellas macetas con flores marchitas, y rojas,
Calientes están tus clientes, que no dejan de ladrar,
Pensar y pasear, ¿o pensar en
pasear?
No se ni siquiera de que estoy hablando,
No se ni siquiera porque estoy hablando, solo lo hago.
Solo existo bajo este manto de vida, y de pasajes,
Paisajes que no me dejan ver más allá de mi nariz,
O del hecho de existir aquí y ahora,
En un eterno grito de suspenso, de atonía;
No lo se, no lo entiendo… estoy anonadado
Estoy un poco enterado de lo que pasa a mí alrededor.
Por perder la partida me quede sin transporte de regreso,
Estoy en la nada y en tu todo, en lo casi nulo y a la vez perfecto;
Como si el mañana no hubiera extrañado la paciencia,
Y de ella no saliera más el rastro de insuficiencia,
El que me niega como la religión a los hechos,
Y como la raza negra a su cultura segregada.
Aquí me tienes en medio del limbo esperando el autobús…
P.D. Te extraño…
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