martes, 30 de mayo de 2017

La copa rota

La mesa estaba servida a la siete en punto de la noche, como era obligación. Una entrada, 3 platos fuertes, un postre y el vino frutal en las viejas copas de la familia.
Como se servía diariamente en la mesa de los Santamaría. La vieja mesa de roble que muy pocas veces tenia comensales en ella. La roca, ese antiguo castillo en ruinas, que fuese alguna vez hogar del Rey Bernardo “El Sabio” y su numerosa familia, ahora se había reducido a escombros de una vieja dinastía, los restos de la Casa Santamaría al verse fallecido el Rey, pues la corona y el trono quedaron huérfanos.

No obstante, la vieja dama de los rizos rojos y ojos avellana, seguía viviendo en ese, su hogar. A pesar de haber perdido a su esposo e hijos, ella seguía siendo la Reina de ese castillo, y de ese valle. Mecía su copa rota en señal de ocio y tristeza. Los Ponce de León habían sido la segunda familia más poderosa del Valle, solo superados por los Santamaría. Ahora ambas casas se habían extinguido, a causa de la misma cosa que los había unido: la corona.


Mis hijos, se decía a sí misma, algún día volverán a esta casa, de rodillas, con las batallas perdidas y las extremidades sangrando, cuando sus guerras valgan menos que la sangre que corre por sus venas: “La sangre es más espesa que el agua”.

jueves, 11 de mayo de 2017

Extrañar no es pecado

A veces me gusta desayunar con una botella de tequila,
Y esos converse negros que he usado desde la secundaria.
Ya ni se oyen esos grupos de Rock Punk de los 90’s.
Pero si una Bola de possers que dicen estar en onda.

La onda ha muerto. Igual que el Rey, y las viejas ganas de bailar.

Solo queda el recuerdo de la plaza vacía a las 3 de la mañana,
Tu carcajada que despertaba a media cuadra, y mi erección incomoda.
Ese miércoles de ceniza, y ese jueves de Verbena. ¡Caguamas!
Y la viejita que nos vendía mota para quemar.

Los gordos también tienen sentimientos, y ganas de coger.

Ahora que te fuiste, mucho a la chingada, te llevaste mi dinero;
Lo quiero de vuelta, junto con esos habanos que me regalo tu papá.
La verdad quisiera que vieras lo mejor que estoy sin ti, si te extraño,
Pero la verdad, aquí entre nos, las noches son más largas ahora.


Solo tengo ganas de un trozo de buena carne para cenar…