Es lo que la vida nunca me ha dado. Un respiro.
El golpe avisa, y avisa cuando ya es no es tiempo. Ya es tarde.
Porque hay cosas que uno no puede prever, solo las tiene que afrontar.
Las caídas que más duelen, no son las físicas.
Las perdidas, que uno nunca recupera, como el tiempo.
Las rosas en primavera, las noches estrelladas, las pláticas infinitas,
etc.
A veces me pregunto si alguien me estará viendo y escuchando…
No sé, quizás estoy solo. Como un árbol en medio del desierto. Un árbol
sin frutos.
O quizás las mariposas ya emigraron, muy lejos sin dejar atrás el
recuerdo.
No entiendo, por qué hoy es hoy, y no mañana; por qué ayer sigue siendo
tan lejano,
No ha pasado tanto tiempo. ¿Por qué?
Las flores sonríen porque mañana es otro día, y yo otro hombre.
Quisiera parar el tiempo, como lo hacía Bernardo; quisiera decir Te Amo,
una vez más…
Pero las manecillas solo anuncian la tristeza, solo piden a gritos: ¡Hoy
no!
Fuera tiempo, lo que hace falta; pero no, tiempo es lo que nos sobra.
Amen.
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