Pero el ver esfumarse
de la noche a la mañana,
a una persona que es
importante para mí, y no volverle a ver,
ese sin duda es el
más triste adiós.
Me declaro perdedor
en este juego de la vida;
Soy solo un cero a la
izquierda de la realidad que se vive.
Me he quedado sin nada.
Ni un lecho para descansar.
Tal vez, ni eso
merezco. Un descanso digno.
Por qué pelear, por
metas que no tienen sentido.
Voy a ciegas,
desperdiciando un poco de humor y alcohol.
Un cigarrito antes de
dormir, un par de lágrimas,
Y de vuelta a la
vieja industria. Diez interminables horas.
A veces solo me hace
falta la cuerda…
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