[El día de hoy, fui a una planta procesadora de carne de cerdo, por cuestiones de trabajo. Subí a las techumbres, para revisar tuberías de agua y gas. Escalaba entre estructuras metálicas mal puestas, escalera incomodas, ventanas y techos (como hace tiempo no hacia). Los rayos del sol desértico de primavera se reflejaban en la blanques de las azoteas. Y para colmo de males, cada paso que daba, me recordaba los viejos tiempos. Cuando solía subir a otras techumbres, revisar otras tuberías de agua, y verme encandilado por la blancura de otros techos. Carajo, como extraño esos momentos...
Fue entonces cuando imagine verla una vez mas. Con su cabello negro y ondulado. Recogido y cayendo por detrás de su cabeza hacia su espalda. Me encantaba verla así. Con su monumental y sexy trasero, sus piernas grandes y sus caderas pronunciadas. Caminando con tanta seguridad en si misma, trabajando y controlando a todos, para que todos hicieran bien su trabajo. ¡Carajo, como la extraño!
Ella me miro, y sonrió. Pero no fue una sonrisa alegre. Fue una sonrisa mustia, bastarda y efímera. Una sonrisa que reflejaba orgullo y soberbia. Sus ojos por el contrario, hablan otro idioma. Se iluminaron al verme. Como si yo fuera un milagro inesperado.
-Hola- Me dijo.
-Hola- Le conteste, con el sentimiento de melancolía y desesperación escondido entre dientes.
-¿Como has estad?
Con un silencio desesperado, que se escapa entre una batalla de dos pensamientos: ¿Le digo la verdad, o solo le digo lo que quiero que crea?, le logre responder:
-Bien, fíjate, gracias a Dios. Tengo un nuevo trabajo. No pensé encontrarte aquí, también.
(Y una risa para romper el hielo se escapa)
-Me da gusto. Me contrataron como consultora. Un dinerito extra, ya sabes; nunca esta de mas.
-Que bueno, de verdad. Supe que te ibas a casar, les sera muy útil. Felicidades.
-(...) Pues, que te digo. Ya no...
-¿Como? ¿Ya no te vas a casar?
-No...
-¿Y que paso con [INSERTE NOMBRE DE PENDEJO]?
-Terminamos, es todo. No funciono y ya. Como tu y yo.
-Que lastima. Pensé que era como tu mejor amigo, que se entendían muy bien, y todo eso.
De verdad pensé que el era lo que siempre quisiste, lo que te haría feliz. Chale.
Y si me permites... Debo decirte algo, para no quitarte mas tiempo:
Lo nuestro si funciono, y de verdad lo extraño. No sabes cuantas veces te he soñado, te he llorado, e incluso te extraño mucho. Tuvimos muchas dificultades, pero haber perdido de la noche a la mañana lo que estábamos construyendo, fue lo que mas me dolió. Pase por momentos muy duros, incluso cuando me fui de [INSERTE LUGAR IMAGINARIO]. Necesitaba regresar a mi casa, a mi hogar. Necesitaba apoyo. Me sentía acorralado las ultimas semanas que pase allá. No supe que hacer, y tome una decisión cobarde. Te deje. No debí hacerlo, tu eras la única que se preocupaba por mi, que velaba por mi, y por mi bienestar. Pero tuve miedo. Perdóname...
Hubo un silencio.
-Me dio gusto verte otra vez. Y poder despedirme de ti de esta forma. Mi camino aun es largo. Dios te bendiga
Ella solo miró como me daba la media vuelta y me alejaba para seguir trabajando. Su silencio y mis palabras fugaces, dijeron mucho. Que pensó después de eso; no lo se, ni me interesa. Yo hable una ultima vez.]
Luego todo el humo se esfumó, la vista regresó y la mente se volvió a encender, exactamente en el mismo lugar donde se había quedado anteriormente.