martes, 23 de abril de 2019

Comezón en la cabeza

Imaginemos perder la vista por un instante, apagar la mente, y dejar que las ideas y los recuerdos fluyan. Que proyectemos con la imaginación algo muy profundo que no podamos decir en palabras, pero si en pensamientos... Imaginemos cada uno, una historia diferente envuelta entre humos de sentimientos...

[El día de hoy, fui a una planta procesadora de carne de cerdo, por cuestiones de trabajo. Subí a las techumbres, para revisar tuberías de agua y gas. Escalaba entre estructuras metálicas mal puestas, escalera incomodas, ventanas y techos (como hace tiempo no hacia). Los rayos del sol desértico de primavera se reflejaban en la blanques de las azoteas. Y para colmo de males, cada paso que daba, me recordaba los viejos tiempos. Cuando solía subir a otras techumbres, revisar otras tuberías de agua, y verme encandilado por la blancura de otros techos. Carajo, como extraño esos momentos...

Fue entonces cuando imagine verla una vez mas. Con su cabello negro y ondulado. Recogido y cayendo por detrás de su cabeza hacia su espalda. Me encantaba verla así. Con su monumental y sexy trasero, sus piernas grandes y sus caderas pronunciadas. Caminando con tanta seguridad en si misma, trabajando y controlando a todos, para que todos hicieran bien su trabajo. ¡Carajo, como la extraño!

Ella me miro, y sonrió. Pero no fue una sonrisa alegre. Fue una sonrisa mustia, bastarda y efímera. Una sonrisa que reflejaba orgullo y soberbia. Sus ojos por el contrario, hablan otro idioma. Se iluminaron al verme. Como si yo fuera un milagro inesperado. 

-Hola-  Me dijo.
-Hola- Le conteste, con el sentimiento de melancolía y desesperación escondido entre dientes.
-¿Como has estad?

Con un silencio desesperado, que se escapa entre una batalla de dos pensamientos: ¿Le digo la verdad, o solo le digo lo que quiero que crea?, le logre responder:

-Bien, fíjate, gracias a Dios. Tengo un nuevo trabajo. No pensé encontrarte aquí, también.
(Y una risa para romper el hielo se escapa)
-Me da gusto. Me contrataron como consultora. Un dinerito extra, ya sabes; nunca esta de mas.
-Que bueno, de verdad. Supe que te ibas a casar, les sera muy útil. Felicidades.
-(...) Pues, que te digo. Ya no...
-¿Como? ¿Ya no te vas a casar?
-No...
-¿Y que paso con [INSERTE NOMBRE DE PENDEJO]?
-Terminamos, es todo. No funciono y ya. Como tu y yo.
-Que lastima. Pensé que era como tu mejor amigo, que se entendían muy bien, y todo eso.
De verdad pensé que el era lo que siempre quisiste, lo que te haría feliz. Chale.
Y si me permites... Debo decirte algo, para no quitarte mas tiempo:
Lo nuestro si funciono, y de verdad lo extraño. No sabes cuantas veces te he soñado, te he llorado, e incluso te extraño mucho. Tuvimos muchas dificultades, pero haber perdido de la noche a la mañana lo que estábamos construyendo, fue lo que mas me dolió. Pase por momentos muy duros, incluso cuando me fui de [INSERTE LUGAR IMAGINARIO]. Necesitaba regresar a mi casa, a mi hogar. Necesitaba apoyo. Me sentía acorralado las ultimas semanas que pase allá. No supe que hacer, y tome una decisión cobarde. Te deje. No debí hacerlo, tu eras la única que se preocupaba por mi, que velaba por mi, y por mi bienestar. Pero tuve miedo. Perdóname...

Hubo un silencio.

-Me dio gusto verte otra vez. Y poder despedirme de ti de esta forma. Mi camino aun es largo. Dios te bendiga

Ella solo miró como me daba la media vuelta y me alejaba para seguir trabajando. Su silencio y mis palabras fugaces, dijeron mucho. Que pensó después de eso; no lo se, ni me interesa. Yo hable una ultima vez.]

Luego todo el humo se esfumó, la vista regresó y la mente se volvió a encender, exactamente en el mismo lugar donde se había quedado anteriormente.


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