Llevo meses masticando esa idea, hoy justamente me di cuenta que cada vez es más cierta esta afirmación. Les explico.
La
mayoría de los mexicanos fuimos criados bajo las reglas morales del
cristianismo tradicional (10 mandamientos), y sobre las acciones que debemos o
no hacer relacionadas a esas reglas. Ellas nos dictan ciertos códigos de conducta,
así como ciertas prohibiciones para una mejor convivencia entre las sociedades.
Dicen que no debemos jurar en nombre de Dios, ni robar, matar, mentir, cometer
adulterio o codiciar lo ajena. Pues bien, suena fácil leerlo en papel, incluso
pensarlo, pero al momento de llevarlo a la realidad, es otra la historia. Comencemos
por la idea de mentir o codiciar lo ajeno. Sabemos en teoría, que es malo, no obstante,
aun así, lo hacemos con toda naturalidad; pero si alguien lo expresa, perdemos
el control y satanisamos la situación. Ni hablar de robar o matar que son
delitos penales, mucho menos de cometer adulterio…
Tienen
miedo a decir o pensar en hacer algo, pero ese mismo miedo se esfuma al momento
de llevarlo a cabo. Aquí es donde se refleja la doble moral de la sociedad.