viernes, 4 de marzo de 2011

Devilidad


¿Cuándo vale tu libertad?
¿Cuánto valen tus sentimientos?
¿Cuánto vale esa persona que no existe?
Quizás mucho, quizás nada,
Quizás ni siquiera tengan un valor real;
Solo sé que ahora, al pasar el tiempo
La soledad cuesta, muy cara,
Y ya no tengo recursos para mantenerla aquí,
Pero a ella eso le tiene sin cuidado,
Solo me pide, me quita, abusa de mi,
De mi tiempo, de mis sentimientos,
Hasta de mi cuerpo cuando yo le doy la oportunidad;
Que patética es la realidad…


Solo ahora lo entiendo, atado a un muelle,
A una caña de pescar, estéril y rígida,
En la punta el señuelo, en el mango toda mi apuesta,
De días y noches en vela, y en soledad,
Para tratar de pescar unos labios carnosos,
Donde poder plantar un beso, de esos sensuales,
Pero a la vez prohibidos, grotescos, excitantes y calientes;
Una caricia mal intencionada, en la cintura de una mujer,
En su rostro con amor, en su cabello, y si nos dejan,
Ubicar mi mano sobre su pecho, o sobre su venus,
Muy secretamente encontrada, para amarla,
Como alguna vez lo hice antes….


Solo con la luz de la triste realidad,
Me encontraras, aquí escribiendo unos textos,
Unas quejas, unos lamentos; quinielas.
Para tenerte en mis brazos, y en mi miembro.
Siluetas de todo un nada, debajo de una selva negra,
Bajando de las tinieblas de una noche en el hospital,
Solo por falta de amor, y se sanción,
Solo por falta de un beso que nunca te pude arrancar,
Solo por falta de pan, dirían los privilegiados;
Sin salto y seña, sin nada más que una triste canción…

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