sábado, 1 de diciembre de 2012

Hasta el último momento




A veces uno se pregunta si vale la pena seguir,
Si esta vida sigue siendo negocio, o es solo un porvenir.
Quizás los años ya dejaron de transcurrir,
Quizás ya no me sabe el café, ¿O es que la leche ya esta amarga?
No entiendo las noticias del diario local,
Tampoco me suena esa música moderna de la radio;
Solo sé que ayer tenía una página que escribir en este libro,
Y hoy solo releo lo ya escrito, para corregir mis momentos,
Pero estos… no se borran, solo se hacen más negros.
Mis lágrimas sangran, y te veo, dar la espalda,
Huir, huir, tan lejos como sea posible, para perdonar.
Errar, y no confiar en lo que veas, en lo que creas.
Sentir, la brisa en el cabello, mientras besas el cuello de una mujer,
Mientras le susurras al oído que todo acabo,
Y la besas en la boca, con los ojos empapados…
Así me arranco la carne, las venas, los órganos, las ideas.
Así me he quedado solo, aislado y confinado a esta celda,
Irreal, pero castrante, aterrorizante. Me enloquece.
Sacas lo peor de mí, sin preguntar, solo lo dices;
Lo haces, lo callas, me callas. Me callo, y luego caigo.

Deje de existir, porque tú lo quisiste.
Deje de vivir, porque yo así lo desee…

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