Imagínate cayendo, desde lo más alejado de la sentencia,
Hasta lo más profundo de la licencia,
Para entender el entorno, y volver al retorno,
En un llanto, de esos que tenías cuando eras pequeño,
Te encerrabas en un cuarto, te escondías debajo de la cama,
Te alejabas de todo ser vivo; solo para no estar…
Mientras las personas seguían riendo, disfrutando,
Creyendo que estabas ahí, mientras nadie estaba.
Un vestido largo, unos zapatos limpios, y un retrato en la pared,
Casi nadie nota los pequeños detalles,
Esos detalles que hacen que se olvide la razón de estar aquí.
Quizás no fuimos lo suficientemente humanos para celebrar,
O lo suficientemente animales para disfrutar la celebración;
O si no hubo invitados, o los que hubo no estuvieron presentes,
O el pastel de moras, los listones rojos, y el payaso viejo;
El ponche desabrido, la tía Petunia, las cinco en punto…
Te amo.
ResponderEliminar