Escuchar su voz es mis
pensamientos, padecer paranoia,
Crees que lo sé, y a la
vez lo dudo; igual que ella.
Las hojas del parque ya
no son color naranja, solo son hojas secas,
Marchitas, y extintas;
que dejaron huellas en la arena, en el mar.
La situación critica de
la locura clínica, y la paciencia medicada,
¡Síntomas! De lo que
veo, y lo que quiero ver. Llorar sangre.
Salir del baño, y
preferir volver a la bañera. Ahogarme.
Sin sentido de lo que
creo, solo Dios;
El silencio de los
inocentes, el murmullo de los pecadores. Tinieblas.
Partir el pastel, jugar ajedrez
con la muerte, ruleta rusa de amor
Y pensar que todo esto empezó
como un juego. Y así siguió.
No concluyo nada, no
pregunto a nadie, no supuse nunca… si fue ella o fui yo.
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