lunes, 23 de enero de 2017

Decir adios

Lo más difícil es dormir en las noches, pues no se si la extraño o le tengo miedo;
les explico:

A veces lloro, a veces le sueño, a veces anhelo tenerla cerca, porque la extraño;
otras veces no quiero ni verla, ni saber de su existencia, porque tiemblo.

Quizás las copas sean hondas, no tanto como el fondo de mi corazón,
y si las noticias dicen cosas feas, que sean las feas quienes se rían de mi.
Porque a veces un taco de ojo sabe salado, otra veces no sabe a nada.
De a diez pesos el recuerdo, para llorar de la risa, si me a completas, te ayudo.

Del metro a la plaza principal te he llorado tres veces, de ida y de vuelta;
y rumbo a mi casa ni las palomas vuelan, por mendigar pan de muerto
los días que terminan en ...omingo, y por las pedas de la secundaria,
cuando aun creíamos en ser adultos y tener finales felices.

Ahora que te digo Adiós, me pateas en los huevos, mañana tu me lo dirás a mi.
Pedí una pizza para sentirme mejor. Y con ella un tequila derecho, 
para que me sepa a tus lugrubres caderas de cabrona,
y los dolores de parto que me provocaste por concebirnos como uno solo.

Me quitas el sueño, el hambre, y las ganas de cojer.
Y si no me quitas la vida, es porque te gusta verme sufrir.

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