Que se mueran los románticos
de rosas rojas y canciones de amor;
Esos que celebran el 14
de Febrero; y comen chocolate al desayuno.
Que se mueran los
pacientes desesperados, esos de camisas blancas;
Pantalones negros y
corbatas en el cuello.
Que se mueran una y otra
vez.
Que se mueran las damas
de velo blanco y velo negro;
Las que solo usan
corrector en los ojos y se pintan los labios.
Que se mueran las
lloronas de los funerales, esas viejas y falsas;
Esas que solo se ven de
vez en cuando tomando café y hablando mal.
Que se mueran una y otra
vez.
Que se mueran los niños
malcriados, con mocos y dientes sucios;
Esos que corren y
gritan, molestando a los que quieren vivir mal.
Que se mueran las niñas
rubias con vestidos rosados y trenzas;
Esas con las que todos
alguna vez soñamos besar y conquistar.
Que se mueran una y otra
vez.
Que todo lo que no soy,
deje de existir. Para no volver a ver por la ventana.
Que todo lo que me
recuerde a ella o a mí se muera.
No recuerdo cuando fue
la última vez que me convertí en otra persona,
Solo para dejar de existir
por un instante. Y estar de luto por mí mismo.
Que se mueran todos los
que leen las vacías palabras de un idiota,
Esos que sueñan esta
noche con pasión y besos sabor lavanda.
Que se mueran…
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