viernes, 28 de julio de 2017

Unas palabras

Quiero dedicar unas palabras:

A las consecuencias de lo que uno vive, y uno es,
A las circustancias, de lo que uno aprende,
A las acciones de otros que nos afectan,
A las mañanas sin ganas ni sueños,
A los árboles marchitos, que se roban nuestro oxígeno,
A las gotas de lluvia sin ton ni son,
A las madres desobligadas, y a las malas bendiciones,
A los por ques de las peleas entre novios,
A todos ellos les digo, de todo corazón:

¡CHINGUEN A SU MADRE!

Gracias por su atención...

jueves, 27 de julio de 2017

Flores en el asfalto

El tiempo en la memoria corre libre como agua de río. Río que fluye para adelante.
Los pedazos de oportunidad, las caricias y las monedas, no se cuentan.
Los retazos de papel que adornan la galería de arte que llamamos comedor familiar;
Y cada alarma de despertador que asesina sin piedad a la paz mundial.

Eso somos. Pequeñas flores en el asfalto. Mendigando un poco de luz y agua.
Esperanza de ver otro día, bajo las fuertes pisadas de la urbanidad.
La casa de espejos, y los payasos que mendigan sonrisas, a cambio de una luz verde;
Cada crucero es una historia nueva, un nuevo día.

¡Y un alto! Inesperado, como esas malas sorpresas que te da la vida de vez en mes.
Porque ya no vale la pena sonreír, si al final del día hay otras cuentas que pagar, y pegar.
El auto descompuesto, el embarazo inesperado, la tarjeta de Coppel...
Todo lo que no queremos que se vuelva realidad. La realidad misma.

Y la luz de día que nos invita a seguir en el ciclo de vida… porque esos somos:

Solo unas pequeñas flores en el asfalto, intentando sobrevivir…

domingo, 9 de julio de 2017

A pedazos

A pedazos, el pastel no sabe, y el café tampoco,
las tardes a media tinta, con hojas verdes, no son tardes;
los tristes ojos de la verdad, y esas ganas de coger,
a veces son lo que uno necesita para despertar, o para irse.

El despertador sonando a mitad del sueño, ese que concilie con lagrimas.
Nadie muere de amor, ni de alcoholismo. Quizás de abstinencia si.
Por eso prefiero nunca dejar de tomar, coger y amar.
Los tamales oaxaqueños son como el paracetamol de los pobres.

A pedazos de silicón y tentaciones terminó este amor.
Quizás 6 días sin ella, sean mejores que una eternidad.
Las puñaladas en el corazón no duelen si son de amor.
Igual que la comida tapa arterias con hambre. Un pecado inocente.

A pedazos, este amor no va a funcionar.
Cuando leas esto, búscame en el viejo roble columpiándome.