Antes había regalos debajo de ese árbol,
antes había comida sobre esa mesa...
El tiempo me dejo ceniza de cigarro,
y botellas vacías de licor barato. Si, barato.
La crisis no da para más.
Hasta los buenos recuerdos cuestan.
Recuerdo la recesión. Recuerdo los crudos inviernos.
La falta de agua y comida. ¡Puro pan puto!
Es lo que nos gritaban cada mañana cuando pedíamos de comer.
¿Y ahora? Esto no parece navidad.
Parece un holocausto. No hay sobrevivientes.
No quedan familiares. Ni tiempo para compartir.
El solsticio pasó de lado, y se fue de frente.
Las lagrimas de la abuela, que se esfuerzan por no salir,
los comentarios machistas del tío soltero,
los rezos de mi madre y su esperanza ciega,
y yo, aqui con este catalogo de SEARS de 1975.
No se si a eso se le pueda llamar Navidad o Necedad...
Pero es todo lo que nos queda.
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