El silencio, suena en
la habitación. Ahora todo está tomando color.
Las ventanas tienen
luz, los vasos tienen agua, las macetas están floreciendo.
Ayer recibí una
llamada de la abuela. Me conto que su perro se enfermó del estómago.
Me habló de la novela
de las 8, y del protagonista.
Juego a las cartas
con la soledad, mientras escucho el noticiero de las 5.
Cae de la escalera
una mota de polvo, entre las estelas de luz puedo seguir su recorrido.
¿Ella no está?
Preguntan en el libro. Ella se fue. Me respondo a mí mismo.
El reloj cucú
comienza a sonar, ya son las 6. Voy por una taza de té.
Creo en que mañana lloverá,
las nubes en mis ojos me lo predicen.
A veces la extraño,
aunque ella a mi no. A veces la sueño, y siento que la beso.
¡Este café
sabe a rayos! Olvide ponerle azúcar. Mejor le pongo jugo de limón.
Y toco la guitarra
para callar al silencio. Música para mis oídos.
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