viernes, 4 de febrero de 2011

Digamos

Baje a la mazmorra, a ese feo lugar, a aquel que llevaba como habitación,

De sueños de malas noches, humos chistosos y unas cuantas lagrimas,
Para que así cayeran las memorias, y los corazones, los pocos;
Las pequeñas y miserables anécdotas, que nos contábamos al toquetearnos,
Pero ya no es más una realidad, es solo una fantasía, casi vacía.
Quisiera tener dos minutos, uno para morir y otro para revivir;
Uno para golpear tu estúpida sonrisa, y otro para pedirte perdón,
Uno para besar tus pechos y otro para escupirlos muy fuertemente,
Quizás no haría nada de eso…

Pero de entre tantos callejones, extraño el Diagon, aquel frio y mágico lugar;
Quién diría que los mismos años -y un poco de perversión- acabaron con tu ausencia,
Pero dejaron abierta la maña y las razones, de tu huida voraz,
Hambrienta y letal, vagancia plena en vuestra beatitudine perpetua
Solo asi convencimos al tiempo, qué poco es el q nos quedaba,
Para seguir sin paradojas complexas, sintiendo un vacio fetal, casi fatal;
Debajo de los cienes, de los miles y de los grandes ayeres,
Casi pasantes de enteras preguntas,
Casi distantes entre viejas costumbres, digamos,
Que todo esto nunca ocurrió…

 
Aqui de vuelta, despues de dos semana de ausencia, funcionando como antes 
Q les sea leve..

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