miércoles, 17 de agosto de 2016

Palabras de aliento

Como un golpe en medio del corazón, así sentía cada mañana las pisadas
Esas pisadas que me dabas, que me asfixiaban. No me amabas.
Como el vientre seco y marchito de una mujer vieja, que se aferra a concebir
Así me aferre a esos detalles que de vez en cuando teníamos, huíamos.

No lo sé, esas palabras de aliento con las que me alimentabas a diario
Ahora solo parecen mentiras, mentiras que yo creí y defendí.
Quizás ahora duermas tranquila en tu lecho de rosas,
Mientras yo sufro de insomnio y cargos de conciencia. Karma.

Eres una perra. Y como la vil y descorazonada bestia que eres, nunca vas a cambiar.
Te deseo solo lo peor, porque obviamente estas acostumbrada a lo mejor. Y yo no…
Si vieras mi rostro en este momento, reirías con tal júbilo, que mejor no sigo hablando.
Quizás el problema siempre fui yo, y mi manera tan humana de tratarte.

Los muros sin ventanas en los que me mantenías. Las rejas invisibles.
Todo se esfumó, pero la sensación aquí sigue.
Sigo encerrado en esta cárcel, sigo suplicando por esas palabras de aliento.
Quiero que alimentes la poca esperanza que me queda, para no morir.

Y ojala, que algún día alguien te pague con la misma moneda que tú me pagaste,
Para que seas tan pobre como yo soy ahora…

No hay comentarios:

Publicar un comentario