miércoles, 21 de septiembre de 2016

Queso rancio

¿Recuerdas la cuerda que te pedí prestada? Pues estaba descompuesta…
No creo volver a ver esa película de amor, ya se me el final.
Me recomendaron ir a llorarle a los santos pelones… de verga que me vas a dar;
Espero sea pronto porque me siento como en Alcohólicos Anónimos.

Me hacen faltas tus muslos carnosos y excitantes, y esos labios mentirosos,
Carnosos y falsos como tus pechos; que adoro chupar hasta caer desmayado.
¡Mentira! Ya no quiero queso en la cena, esta rancio. Viejo como mi mirada.
Lleno de polvo y ceniza, como tu venus. Y esos muslos carnosos.

Lagartos y piel de viejo roble, piel como de noche de amor en las esquinas,
Noches sin sol ni luna; sin culpa alguna. Y despertar con amnesia y sudor fétido.
Así te recuerdo, así me recuerdas. Como un gas que salió del culo y se perdió.
Pero sigo con hambre, y tú cocinas mi comida favorita, y la sirves a todas horas.


Solo te pido que pongas la mesa esta noche, y que sobre ella, no este ese queso rancio.

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