“Deje mi corazón donde tú
sabes, pues una canción no es suficiente…”
Y ni con esas palabras te
conquiste, ni mucho menos fornique…
Quizás más allá de las
olas del mar, exista un abismo, un mundo perdido,
Uno solo para llorar por última
vez, de penas sin colores ni calores,
De penas que dan más pena
que orgullo.
Quizás la cuerda no esté
tan apretada, o quizás el gas no es tan letal;
Quizás las botellas
estaban equivocadas, o quizás ya comencé a cicatrizar.
No lo sé. Aun así me suena
todo a lo mismo, la misma cantaleta.
Y esa frase dominguera que
solías repetirme, para que me callara.
“Amor, ¿no quieres ir por
huevos?” Una mentada de madre.
Y en otras noticias: estaba
mejor pedirlo para llevar,
A fin de cuentas ni tiempo
hay de disfrutarlo.
A esta misma hora mañana estaré
en un lugar mejor,
A esta misma hora ayer,
estaba en un lugar peor;
A esta misma hora hoy…
todo se termina…
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