Capitulo III
Entre más caminaba al lado de esas criaturas, mas me preguntaba que eran. Pero siguiendo sus pasos y tratando de no actuar de una manera entupida, seguí caminando; porque sinceramente al principio no confié en ellos, temía que me pudieran hacer daño, o que me dejaran abandonado en medio del bosque.
-Más vale que estés atento Roque… Me dijo Ar
-¿Porque lo dices?
-Estamos entrando al bosque, y es probable que encontremos criaturas peligrosas
-Ya veo. Respondí
-¿Que clase de criaturas crees que veamos Ar? Pregunto Az
-Si tenemos suerte, tal vez encontremos unicornios o centauros…
-¿Unicornios? ¿Centauros? Me pregunte. ¿Qué clase de bosque es este, para que existan esa clase de criaturas? Dije en voz alta
-Solo un bosque… Contestaron a coro
-Si tenemos suerte y salimos antes de que el sol se ponga, no nos toparemos con lobos o serpientes negras. Digo Az.
-¿Lobos? ¿Serpientes negras?, por lo menos esos animales son mas reales. Pensé.
Cada vez nos adentrábamos mas en el bosque, y cada vez se sentía un ambiente mas tranquilizante y fresco; me supuse que nos acercábamos a la salida, pero me equivoque, en lugar de eso, fuimos a topar con el lago…
“Estando a pocos metros empecé a escuchar una melodía y muy hermosa voz, era relajante y armoniosa; romántica y serena; casi como la voz de una dama enamorada; casi como el canto de un ruiseñor al alba, casi… casi… como el amor mismo, ese amor puro que siempre había soñado”
Al llegar a la orilla del lago, vi a una persona que nadando cantaba tan melodiosa canción; al acercarme un poco mas me di cuenta que era un mujer… Me acerque para conocerla…
-Hola, ¿Cómo te llamas? Le pregunte
-…
-Perdón, te pregunte ¿como te llamas?
-Si, perdón, es solo que no estoy acostumbrada a convivir con humanos.
-¿Por que no? ¿Acaso no hay más seres humanos en este lugar?
-No…
-¿Y que hay de ti?
-Yo no soy humana…
-Pues yo creo que si lo eres, desde aquí pareces humana
-Soy una sirena, ¿Qué acaso no lo ves?
Fue entonces cuando note que tenía una cola en lugar de piernas.
-Lo siento, no me había percatado de tu cola.
-No te preocupes, eres humano, y la única compañía que tengo desde hace mucho…
-¿Y eso por que? ¿No hay más sirenas en este lago?
-Prefiero no hablar de eso, es muy doloroso para mí. Y soy la última de mi especie, de hecho.
(Guarde silencio por un instante…)
-¿Y como se llama la melodía que cantabas? Pregunte.
-Sonata de Mar y Luna…
-Era hermosa… (Como tu…)
-(Sonrojada y algo tímida levanta la cabeza y dice)… Gracias… yo la escribí…
-¡¡¿¿Enserio??!! Es Hermosa como una dama de cristal; como una rosa que florece en el corazón, como… (Tu)
Me quede pensando en la belleza de esa mujer, en como sus ojos eran como aurora boreal; su rostro tan fino y claro como la seda; sus labios tan pequeños como caricias; su cabello tan largo y deslumbrante, como verdes e infinitas praderas; su cuerpo tan perfecto, solo así, tan perfecto… Tal y como una mujer debe ser, perfecta…
-¡¡¡¡¡¡Roque!!!!!!
-¡¡¡¡¡¡Roque!!!!!!
-¿Eh? Me pregunte. Parecía que de un momento a otro me había separado de Ar y Az; ya era tiempo de volver.
-Es hora de irme. Le dije a la sirena.
-Veo que tu corazón esta en el camino… que tendrás un largo viaje hacia un lugar para buscar respuestas… que vas acompañado de 2 criaturas, y tu única arma es la esperanza… Me respondió
-Adiós… espero volverte a ver. Le dije, con el corazón medio roto por saber que la dejaría de ver.
-Me volverás a ver, lo se… Me respondió con mucha seguridad.
-O… espera, nunca me dijiste tu nombre…
-Me llamo… Serena…
Capitulo IV
-Veo que te divertiste en el lago Roque…
-Si, así fue; conocí a una hermosa sirena que cantaba una hermosa melodía, debieron de estar ahí.
-Tal vez, pero desapareciste de un momento a otro.
-No fue así, ustedes desaparecieron…
-Mmmm…
Siguiendo nuestro camino hacia El Templo de Adiós, que hasta la fecha no tenia ni la más minima idea de que era, me quede pensando en las palabras que me dijo Serena… Hasta que decidí averiguar que era el Templo del Adiós.
-Oigan, ¿Me dirían que es el Templo del Adiós? Les pregunte.
-Es imposible de describir, necesitas verlo para que sepas como es.
-Si, además si te lo tratamos de describir te confundirás más.
Así que tuve que esperar hasta llegar a aya, para saber que era el templo del adiós.
-Oigan ya han pasado varios días y no hemos comido nada (grrrr… estomago con hambre) y casi no hemos dormido, deberíamos descansar un poco, ¿No creen?
-El Templo del Adiós esta cerca, tal vez haya algo de comida ahí. Dijo Ar.
-Si, no te desesperes; además, cuando terminemos este viaje, podrás dormir todo lo que quieras…
Parecía que no les importaba nada, solo caminaban sin tener fin; empezaba a dudar si era seres comunes y corrientes, porque para no comer mucho, eran demasiado extraños…
Seguíamos caminando y cada vez el camino era más y mas extraño, más y más tenebroso; tuvimos que tomar un atajo escalando árboles y subiendo pequeños cerros para llegar al tan famoso Templo del Adiós; que repito, hasta la fecha no sabia que era. No fue hasta que llegamos a algo que se asemejaba a un cementerio cuando lo vi… En medio de aquel valle repleto de lapidas, tumbas, estatuas de reyes, caballeros y uno que otro guerrero caído, y algunos esqueletos a medio camino, lo vi; se trataba de una clase de casa, muy grande y de un color blanco muy brillante, casi como perla reluciente; la primera vez que la vi me recordó al mausoleo mítico de los héroes muertos, es decir, construcciones antiguas, muy bien hechas y difíciles de derribar…
-Es ahí ¡¡¡¡¡Grito Az!!!!!
-¿La casa blanca y reluciente? Pregunte.
-No es casa, recuérdalo; es templo.
-Bueno, ¿pero es ese?
-Si, si lo es; vamos rápido, antes de que sea demasiado tarde…
-¿Tarde para que?... Pregunte.
-Tarde para resolver todas tus dudas.
Estando frente a la entrada pude ver que había 2 estatuas, una de cada lado; una era una mujer muy hermosa que se asemejaba a una sirena, se encontraba arrodillada, casi orando; la otra era la de un ave gigantesca con alas abiertas, con 3 largas plumas en la cola y con una mirada algo penetrante.
Me propuse a entrar con todo el valor que tenía… A entrar al Templo de Adiós, solo vi oscuridad, al fondo se veía una luz, en la luz se veía un trono y sobre el trono una figura difícil de distinguir desde la distancia en la que me encontraba.
-Acércate. Me dijo una voz muy seca y profunda.
-¿Eh…?
-Que te acerques, no te haré daño humano.
-Si, esta bien, iré para allá
Seguí caminando hasta estar frente a aquel trono y pude ver la figura de la persona que me hablaba… Era nada mas ni nada menos que la misma “Muerte”…
Me espante al ver quien era el ser que se encontraba en el trono y fue entonces cuando me dijo:
-¿Quien ha osado entrar al Templo del Adiós, y se ha atrevido a interrumpir mi sueño?
-Mi nombre es Roque…
-Roque… Jajajajajajajaja… Que nombre más estupido, pero claro como pude olvidar que eres un simple humano…
-Mi nombre no es ¡¡¡estupido!!! Reclame.
-Ya veo, no eres tan cobarde, pero tampoco tan valiente… ¿A que has venido?
-¿Qué?
-¿Qué si a que has venido? Todo aquel que entra al Templo del Adiós debe de tener una razón para verme… ¿Cuál es la tuya?
- Necesito hablar con Gaia, ella me dirá como salvar Oz; soy el elegido que debe salvar esta tierra.
-Cometí un error. No solo eres un tonto humano cobarde, sino que también eres iluso y patético… Escucha bien, que no repetiré mis palabras… Entrar al Templo del Adiós es fácil, cualquiera puede hacerlos, pero… si entras debes de tener una razón para hablar conmigo, porque no cualquiera es lo suficientemente valiente para hablar con la mismísima “Muerte”, ya que saben, que si cometen una equivocación… (Sonidos de muerte y dolor se escuchan) puedo matarlos…
Y si esperas que crea que un ser tan mas patético y débil como tu es el elegido de la profecía, estas equivocado…
Y yo pequeño viajero… soy Gaia, protectora y gobernante de esta vasta tierra.
-Bueno, lo que pasa es que… Ar y Az dicen que yo soy el elegido, aquel que la profecía dice salvara Oz.
-¿Ar y Az? ¿las criaturas con las que viajas?
-Si, respondí.
-Convives con 2 extrañas y desconfiadles criaturas, así que te sugiero no hagas amistad con ellas.
Sigue tu camino hacia El Monte de los Reyes Caídos, ahí podrás beber del Santo Grial, después de eso, solo tendrás que visitar al Atrápasueños y el resolverá todas tus dudas…
…Otra cosa, si necesitas ayuda solo llámame…
-Pero… ¿ayuda para que?
-Je… No preguntes, solo recuerda: cuando necesites ayuda… Llámame…
-¿De que forma?
-Eso tú lo tienes que descubrir…
-Gra…gracias…
-Ahora vete…
Así fue como pase el momento más aterrador de mi vida… no solo había conocido a la muerte, sino que también había agregado algunas dudas más a mi viaje…
Fue así, como seguí mi viaje; Salí del Templo del Adiós y a la salida vi dos estatuas mas: de un lado, un hombre con un cetro largo con una esfera en la punta… y que el hombre portaba una extraña mascara, muy grande y llamativa; mientras del otro lado, había una estatua de la mítica criatura llamada Grypho.
Seguí caminando, hasta que me encontré con Ar y Az; seguiríamos nuestro camino hacia El Monte de los Reyes Caídos, pero para eso necesitaríamos terminar de cruzar el bosque.
Capitulo V
Cada vez estaba más cansado… más hambriento… más sediento…
-El Monte de los Reyes Caídos… ¿Dónde esta…? Pregunte.
-Esta cerca de aquí. Respondió Ar.
-¿Llegaremos… hoy?
-No lo se. Respondió Az.
De un momento a otro nada podía tener importancia para mi… pero debía de tenerla… no sabia si era el hambre o el cansancio, solo sabia que estaba apunto de caer al suelo, estaba muy agotado; cuando sentí que debía seguir en pie, luchando, hasta el final… así seguí, con las pocas fuerzas que tenia, pero seguí…
Cada vez estábamos mas cerca, mas y mas; no debía de rendirme, lo estaba haciendo, pero sabia que no debía, tenia que seguir luchando…
-Chicos… necesito alimento y agua; no puedo más…
-Aguanta Roque, el Monte de los Reyes Caídos esta cerca...
-Debes esperar un poco; por lo que se, en ese monte hay mucha comida. Dijo Ar.
-Les advierto que no voy a cazar animales salvajes para comer… Así que mas vale que haya comida en aquel lugar… (Con la cara de enojado). Respondí
-En el Monte de los Reyes Caídos hay mucha comida, ya que es en ese lugar, donde los reyes se reunían a orar, comer y divertirse…
-¿y…? Eso no tiene nada que ver con que haya o no comida…
-Al contrario Roque… Respondió As. Ya que en ese lugar comían los mejores banquetes y según la leyenda, fue un día que todos murieron; por la avaricia, la falta de humildad y el egoísmo que fueron condenados a NUNCA disfrutar sus riquezas… Ahí murieron con todas sus riquezas, nunca fueron satisfechos, por lo que todas sus pertenencias siguen intactas; cada vez que un viajero entra tiene la oportunidad de comer hasta mas no poder, pero debe de dejar un tributo o bien, un regalo de agradecimiento a los reyes por “haber compartido” su comida.
-Pasa lo mismo con los demás objetos. Dijo Az. Si necesitas algo de dinero, ropas, armas, etc. Ellos te lo brindaran, mas debes de dejar algo tuyo a cambio…